Mi perro orina y defeca en casa: causas habituales

“Mi perro orina y defeca en casa” es otra de la cuestiones que más preocupan a los propietarios de perros, sobre todo cuando cachorros. Conocer las causas habituales es un paso inicial hacia el desarrollo de una estrategia de educación que resuelva la situación.

TEN EN CUENTA SU DESARROLLO Y TAMAÑO.

Este problema, principalmente, se da en los cachorros y suele ser un quebradero de cabeza importante. Pero, os lanzamos una pregunta ¿os mosquearíais con un bebé por hacerse pipí o caca encima? ¿Le reñiríais? No, verdad… entendéis que es algo normal. Pues lo mismo pasa con nuestros cachorros. El control de los perros de sus esfínteres no se puede conseguir hasta los 4 meses de edad y siempre habrá casos de incontinencia en los meses siguientes. Existen algunos datos medios sobre el tiempo que aguantan los cachorros la orina:

• Antes de las 8 semanas podríamos hablar de incontinencia crónica, ya que están todavía por desarrollar muchas estructuras fisiológicas y las secreciones son muy frecuentes.
• Entre las 8 y 16 semanas pueden empezar a comprender y aguantar la orina unas 2 horas máximo.
• A partir de las 16 semanas, pasamos a unas 4-5 horas.
• Sobre el medio año ya logran aguantar unas 6-8 horas.

Hasta los 4 meses los perros no logran controlar sus esfínteres

Estas cifras son muy dependientes del tamaño del perro, el tipo de alimentación, ingesta de agua, etc. Pero pueden servir para establecer rutinas de paseo adecuadas para cada edad.

Recuerda también que no es lo mismo el metabolismo de un Yorkshire y un Pastor alemán. En el primer caso, perros pequeños, todo es más rápido y se dan más ciclos en menos tiempo, es decir, necesitará orinar con más frecuencia y aguantará menos horas, frente al segundo caso, perros grandes.

No obstante, los veterinarios advierten que si tu perro tiene problemas graves de incontinencia pasados los 6 meses tienes que hacerles una visita para descartar posibles disfuncionalidades orgánicas.

LAS HORMONAS TAMBIÉN INFLUYEN.

Muchas veces un perro bien enseñado a hacer sus necesidades fuera de casa puede empezar otra vez a orinar dentro e incluso a defecar cuando se llega a la edad del temido desarrollo hormonal y sexual (si no hay castración). Hablamos del marcaje. No es que no aguante, es que está usando su orina y heces como medio de comunicación: “esto es mío” o “quiero que sea mío”.

PROBLEMAS DE RUTINAS Y/O PSICOLÓGICOS.

Si no has establecido una rutina, un horario de salidas, puedes “volver loca” a tu mascota. Si no sabe cuándo va a poder hacer sus necesidades, no podrá predecirlo, lo que le causará mucha ansiedad y frustración por falta de control ¿Y qué consecuencias tiene? Ese estrés dificultará el que aguante y podrá provocarle una incontinencia psicológica. Aparte del hecho de que sin un horario puedes no sacar al perro lo suficiente y la incontinencia ya sea física también.

Lo mismo puede pasar si hemos intentado evitar el problema mediante castigos y riñas. Para ellos no es natural tener un horario para vaciar los esfínteres y que tenga que ser en un sitio específico, por lo que nunca van a entender bien el que haya consecuencias negativas por ello. Es como si les castigases por dormir o comer. Se pueden generar conductas problemas bastante desagradables, como perros que ingieren sus excrementos para ocultarlos, que orinen a escondidas y en sitios apartados, que se orinen encima cuando nos mostramos alegres o les estamos dando cariños (ya que se pueden condicionar a no orinar si mostramos emociones neutras o negativas), etc.

Un ejemplo bastante llamativo que suma ambos casos, es el famoso hecho de que se orinen o defequen en nuestra cama. Si no tienen una rutina correcta establecida, están solos y/o le castigamos cuando lo hace dentro de casa, sentirá mucha ansiedad, lo que le llevará a buscar refugio en nosotros, pero como no estamos nos sustituye con cosas nuestras, como el sofá, la cama, nuestros zapatos, etc. El hecho es que esa enorme ansiedad y los condicionamientos generados llevarán a la incontinencia… y ya tienes la colcha manchada.

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¡Gracias por leer y hasta la próxima Tribu Naevia!



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