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jueves, 21 de mayo de 2015

Torsión y dilatación gástrica en perros: proceso, signos y prevención.

LA TORSIÓN Y DILATACIÓN GÁSTRICA EN PERROS SON UNAS AFECCIONES PELIGROSAS Y MÁS COMUNES DE LO QUE SE CREE. CONOCER CÓMO SU PROCESO, SIGNOS Y PREVENCIÓN, PUEDE SER VITAL PARA TU COMPAÑERO CANINO.

Torsión y dilatación gástrica en perros: proceso, signos y prevención.
Imagen de una radiografía del estómago
ampliamente dilatado de un perro.
La torsión de estómago en perro es un tema de preocupación para todo aquel que tenga un compañero canino y la mayoría han sido testigos de una u otra manera del terror que supone. Incluso los que no tienen perro, seguro que lo pasaron horriblemente mal cuando Marley tiene un episodio en la película. ("Una pareja de tres” ó "Marley y yo”). Vamos a hablar un poco sobre la torsión y dilatación gástrica en perros, pero desde una óptica distendida, de divulgación y sin entrar en tecnicismos excesivos, que tampoco pretendemos sacar unos apuntes universitarios.
Lo primero que hay que tener claro es que podemos diferenciar tres casos o términos relacionados: 
  • Dilatación gástrica en perros: distensión (ensanchamiento) del estómago con gas y líquido.
  • Torsión gástrica en perros: el estómago distendido rota sobre su eje longitudinal hasta un máximo de 180º grados (media vuelta). 
  • Vólvulo gástrico en perros: una torsión gástrica que evoluciona más allá de los 180º hasta los 360º, siendo los casos más fatídicos y en los que vamos a centrarnos.
PROCESO. 
Durante el vólvulo gástrico, el píloro ("puerta” o válvula inferior del estómago que lo comunica con el intestino delgado) se desplaza y comprime al duodeno (zona inicial del intestino delgado) impidiendo que el líquido y aire pasen por el conducta pilórico y abandonen el estómago. Simultáneamente, la unión gastroesofágica (entrada al estómago) sufre una torsión y se obstruye, lo que impide eructar o vomitar. A medida que fermentan los materiales que contiene el estómago, aumentan los niveles de gas y líquido, empeorando la situación. 
Estos fenómenos interfieren con la circulación sanguínea, lo que produce necrosis (muerte) de la pared del estómago. A partir de este punto se desarrollan más problemas: deshidratación aguda, septicemia bacteriana, shock circulatorio, arritmias cardíacas, perforación gástrica, peritonitis e incluso la muerte.

GRUPOS Y FACTORES DE RIESGO.
Le puede ocurrir a cualquier perro en cualquier momento, pero es típico en la mediana edad y ancianos. Perros grandes con el pecho ancho son más propensos, como el Gran Danés, Pastor Alemán, San Bernardo, Boxer, entre otros. En perros pequeños es bastante más raro. Normalmente, se da en perros sanos y activos, siendo frecuente tras ingerir una comida abundante, hacer ejercicio vigoroso antes o después de comer o al beber gran cantidad de agua tras la comida. 
Por otro lado, no existen pruebas de una relación con el contenido proteico de la dieta (una idea muy extendida) y se ha demostrado que la mayor parte del gas asociado se trata de aire ingerido con la ingesta del alimento. Un punto importante que lo asocia con las relaciones ansiosas con la comida, factor principal al que combatir para prevenir la torsión o dilatación gástricas en perros.

SIGNOS.

Signos iniciales: inquietud, agitación, salivación, náuseas, intentos improductivos de vomitar y distensión del abdomen. Posibles quejas al presionar el abdomen y sonido hueco al percutirlo. No obstante, no todos los casos presentan estos signos típicos. En esta fase no habría manera de distinguir la dilatación de la torsión o vólvulo.
Signos tardíos: palidez de encías y lengua, retraso en el rellenado capilar (al apretar las encías, tardan más de lo habitual en retomar el color rosado), ritmo cardíaco acelerado o pulso débil, respiración rápida y fatigosa, debilidad general y colapso.
Si el perro eructa o vomita, es muy probable que no sea una torsión, pero es mejor realizar un examen veterinario para asegurarnos de que no ha pasado. 

TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN. 
El tratamiento pasa por introducir un tubo por la boca hasta el estómago para retirar el gas y líquido, lavados gástricos, ayunas completas durante 1-2 días y, en los peores casos, cirugía de urgencia para eliminar las posibles necrosis y reposición del estómago en su lugar apropiado. 
No obstante, lo que más nos puede interesar a todos es cómo prevenir la torsión de estómago: 
  • Usar comederos antiglotones (o antiansiedad) y juguetes interactivos para dar la comida, de modo que se reduzcan los tiempos de ingesta y el aire tragado por la ansiedad al comer.
  • Alimentar a nuestro perro con alimentos de digestión gradual, como piensos deshidratados o en pellets, o mediante dietas crudas adecuadamente preparadas. 
  • Dividir la ración diaria en tres tomas. 
  • Restringir el acceso al agua durante una hora antes y después de comer. 
  • No dejar nunca que beba grandes cantidades de agua de una vez. 
  • Evitar el ejercicio vigoroso tras la comida. 
  • Ser capaz de distinguir los signos iniciales y acudir al veterinario inmediatamente. 
  • Si ya el perro ha pasado por un episodio, existe una intervención, la gastropexia, que ayuda a provenir futuros casos. 
Nunca está de más conocer mejor las situaciones que pueden dañar a nuestros cuadrúpedos, sobre todo en lo relacionado con la prevención. Esperamos ser de ayuda y que este texto os haya aclarado alguna que otra cosa. Iremos publicando textos como este, sencillos y escuetos, sobre diferentes afecciones y enfermedades.

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