Tribu Naevia

Tribu Naevia

Lo Último

miércoles, 20 de mayo de 2015

Cómo educar a un gato: evitar que suba a los muebles.

Los gatos son animales muy dados a estar en sitios altos y en ocasiones puede ser un problema, pero te vamos a mostrar cómo educar a un gato para evitar que se suba a los muebles, encimeras y estanterías.

Los gatos tienen una necesidad de subirse en alto, como en la encimera de casa. Aprende cómo educar a un gato para evitar que suba a los muebles.
"... tienen un inevitable instinto de estar en alto,
a modo de león sobre las rocas..."
Los gatos son animales muy ágiles, curiosos y tienen un inevitable instinto de estar en alto, a modo de león sobre las rocas. Normalmente no supone un problema, pero en otras ocasiones  la cosa cambia y bastante... Muchos hemos visto vídeos que muestran a lindos gatitos escaladores tirando un televisor, comiéndose el pollo que está en la encimera o arrollando toda la colección de fotos de la repisa. También están los pelos, nada agradables encontrarlos en los muebles, sobre todo si son los de la cocina. Existen muchas familias con problema del "gato sobre la encimera" y piensan que no hay solución, ya que existe un mito de que los gatos no son adiestrable. ¡Mentira! Son tan adiestrables como un perro, sólo que tienen sus peculiaridades. Vamos a solucionar el problema de los gatos escaladores con un sistema en positivo. Te vamos a enseñar a cómo educar a un gato para evitar que suba a los muebles.
Lo primero es colmar la necesidad; siempre debe ser el primer paso cumplir con las necesidades de nuestra mascota. Ya sea comprando castillos para gatos u otra clase de mobiliario o creándolos nosotros mismos con repisas, maderas, palés, etc. No importa cómo lo consigas, al gato sólo le interesa tener un lugar al que subir, sentirse seguro y satisfacer sus necesidades más instintivas de escalada y dominio en altura. Si lo podemos situar lo más cerca posible de la superficie prohibida mejor, ayudará al adiestramiento posterior. Es muy probable que consiguiendo su hogar en los aires se solucione el problema, pero dependerá de lo establecido que esté el hábito de subirse donde no debe. 
El siguiente paso será conseguir algún tipo de papel o plástico que sea pegajoso o de textura muy granulada (en el mercado hay diversos materiales especializados para esto, muchas veces conceptuados como "anti-rascado"). La idea es situar este material donde no queremos que el gato suba, ya que la textura le será muy desagradable y querrá abandonarla. Es importante que no se pueda desplazar, mediante adhesivos en la cara inferior o por su peso, ya que si se le queda pegado al gato o es capaz de moverla, éste se asustará mucho, correrá, saltará y muy probablemente se lastime y tire al suelo alguna que otra cosa. Recuerda siempre que son animales muy reactivos. 
Ahora viene el entrenamiento. Si dispones de clicker no dudes en usarlo, pero lo único imprescindible será algún tipo de varilla (un bolígrafo mismo vale) y alguna golosina o premio. 

  1. Usando la varilla (la "presa") atraemos al gato a sus dominios en altura, a modo de juego caza el ratón. Nos seguirá la corriente, son grandes cazadores y no pueden evitarlo. Cuando trepen y se suban, les premiaremos. Lo bajaremos y repetiremos varias veces. Haremos algunas sesiones al día, durante unos días. Podemos incrementar el objetivo, quitando el juego y sólo señalando el lugar.
  2. Ponemos el material "antipisadas" en el mueble o superficie prohibida para el gato. Esperaremos a que se suba. Observarás que no le gusta nada la situación, así que cogemos nuestra varilla y lo guiamos hasta sus seguros dominios. Cuando suba, premiamos. Repetiremos varias veces a lo largo del día. El mensaje que queremos que comprenda el gato es: "Esta superficie es muy desagradable, vente a tu castillo que allí estarás más cómodo y, además, te doy una golosina". Igualmente, podemos subir el nivel y quitar el juego como antes. 
  3. Habrá que realizar sesiones todos los días durante unas semanas. Con paciencia y constancia, conseguiremos más rápido de lo que creemos que el gato prefiera los lugares permitidos a los prohibidos. Con el tiempo pueden "olvidarse", pero con un par de sesiones rápidamente vuelve a establecerse el aprendizaje.

Bien, esto no es un positivo puro nos diréis, señalaréis que la superficie desagradable es un aversivo... y tenéis razón, pero aquí hay un problema: los gatos son muy inteligentes. Si practicamos este mismo método sin el material pegajoso, el gato aprenderá que puede subirse a su hogar en altura, pero no aprenderá que no debe subirse a la encima o estantería. Son animales muy convenidos e independientes, por mucho que nos quiera no va a dejar de subirse donde le plazca (acaso no este uno de sus encantos). Así son ellos y por eso tenemos que hacer que sea desagradable subirse a los sitios prohibidos. 
Por otro lado, desaconsejamos usar este método sin que haya alternativa donde subirse o sin usar premios. Usar castigos con los gatos y omisiones de refuerzos (no le dejamos subir donde quiera por la fuerza e intimidación) es muy perjudicial para el vínculo con ellos. Digamos que los gatos son demasiado listillos para usar un positivismo puro, pero muy sensibles a las cosas negativas y muy reactivos. Además, si lo podemos hacer con el mínimo de desagrado,  mejor: por ética, por ser más eficaz y por el vínculo precioso que generamos con nuestra mascota. 
Si te ha gustado este artículo, apoyad el #BlogNaevia en las redes sociales y comparte con tus amigos.


[Visita la Tienda On-line y nuestras soluciones de Educación para gatos]

No hay comentarios :

Publicar un comentario