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miércoles, 4 de noviembre de 2015

Cómo socializar a tu perro con el baño.

Guía sobre cómo socializar al perro con el baño, el agua, la manipulación, secado con secador y cepillado; actividades esenciales, pues serán habituales en la vida de tu mascota. Si conseguimos que sea un momento agradable o, al menos, neutro, habremos disminuido el esfuerzo que supondrá para nosotros y aumentamos su bienestar. 

Como socializar a tu perro con el baño.
"Lo más importante: el baño tiene que ser
un momento agradable y divertido,
o al menos eso debemos intentar."
BAÑERA, AGUA Y MANIPULACIÓN.
La socialización con el baño, y propiamente éste, puede comenzar en cualquier momento a partir de que el cachorro tenga las primeras vacunas, que es lo que recomiendan los veterinarios. La idea es realizar el máximo número de sesiones para socializar al perro a lo largo de la semana y mejor si pueden ser diarias. No obstante, deben ser cortas; intensas y frecuentes, pero cortas (progresaremos del medio minuto a los 5 minutos, poco a poco, en varias sesiones en cada paso descrito). El avance  entre pasos y dentro de cada uno de ellos dependerá del perro: si le ves cómodo acelera el ritmo, si ves que le va costando pisa un poco el freno. Él será quien te diga si avanzar o no y tendrás que adaptarte totalmente a los sub-objetivos conseguidos. Una secuencia recomendable y muy exhaustiva de pasos sería:
  1. Bañera: metemos al perro en la bañera sin agua. Sólo jugaremos un rato con él, un par de juguetes y unas cuantas golosinas a modo de premio. En realidad, durante toda la socialización tendremos que jugar y premiar constantemente.
  2. Agua sin grifo: idéntico al paso anterior, pero con agua. Llenaremos la bañera previamente, sin que esté presente el perro.
  3. Grifo y ducha: no meteremos al perro en la bañera, sino que lo tendremos fuera y jugaremos-premiaremos mientras se llena el baño. El objetivo es que se acostumbre al ruido del grifo. Luego lo haremos con la ducha, que es aun más estridente.
  4. Agua con grifo y ducha: con el perro en la bañera, la vamos llenando con el grifo. No debemos mojarle directamente, sólo las patas por la acumulación del agua. Procura que esté a la temperatura adecuada (caliente, pero sin quemar). Haremos lo mismo con la ducha sin apuntar al perro.
  5. Mojémonos un poco: con él dentro, llenamos la bañera y con las manos o una esponja, vamos mojándole muy poco a poco, intercalando con premios y juego. Todavía no le vamos a empapar, así que confórmate con unas 5-10 mojadas y avanza hasta las 30 en varias sesiones.
  6. Empapemos al peludo: siguiendo el paso anterior, terminaremos por mojarle entero. Cuando esté totalmente acostumbrado al agua, pasaremos a hacerlo con la ducha, pero muy poco a poco. Al principio frenaremos el chorro con nuestras manos, en la siguiente sesión le daremos directamente pero con poca intensidad y en las consecutivas iremos subiendo en intensidad, velocidad, etc.
  7. Champú y aclarado: si ya has logrado socializar al perro con todo lo anterior, este paso será rápido y no supondrá ningún esfuerzo adicional o trauma.Retirar premios: los siguientes pasos será ir disminuyendo la cantidad de juego y premios que damos mientras le bañamos, hasta que un día sólo le demos un premio al final del todo.
En cuanto al tema del secado, se trata de otra socialización que explicaremos más adelante.

Y MIENTRAS, ¿CÓMO LO LAVO?
Es cierto que este proceso para socializar al perro es muy largo cuando quiere hacerse perfectamente, pero al perro hay que bañarlo. Normalmente, se pueden tomar 3 vías que dependerán del tiempo del que dispongamos:
  • Hacer una socialización muy intensiva con muchas sesiones a lo largo de la semana y conseguir completarla en un mes.
  • Dar grandes saltos entre sesión y sesión, de modo que podamos terminarla en un mes sin realizar muchas sesiones. El coste será un aumento de las probabilidades de que falle la socialización y nos encontremos con la obligación de realizar un contra-condicionamiento (terapia que seguiría el mismo método que la socialización, pero las respuestas del perro a los estímulos son muy negativas y emocionales; estarías ante el principio de una fobia).
  • Realizar la socialización con tranquilidad y dando pasos pequeños en cada sesión, pero intercalando baños completos por necesidad. Estos baños es todo lo contrario a un proceso de socialización, por ello tienen que ser lo más tranquilos y menos aversivos posibles. Por supuesto, no uses la ducha, hazlo con esponjas. Si luego practicamos unas buenas sesiones, es muy posible que el daño que pueda causar el baño completo no sea a largo plazo.
Algunos dirán que hay una cuarta opción: toallitas y champú seco. ¡No lo aconsejamos! Tu perro no puede mantener una higiene adecuada durante meses a base de toallitas húmedas y champú seco, sobre todo, porque las partículas que deja éste pueden provocar alergias y/o irritaciones, y porque no limpian lo suficiente.

SECADORES Y CEPILLOS.
La socialización con secadores, cepillos y tijeras se puede dividir en dos grupos: para perros que se pueden secar sólo con toalla (pelo corto) y los que no. Para el primer caso, sugerimos que hagáis esta socialización aparte de la del baño y vayáis secando al perro con toallas. Así os centráis más en cada tema por separado. Los que presentan el segundo caso, lamentablemente, tenéis que duplicar la sesión, pues tras cada paso de socialización con el baño tendréis que introducir una de secado con secador y cepillo. El proceso será igual para todos, introducir poco a poco el secador:
  1. Primero al lejos (si no tienes que secarle con él) para ir trabajando sólo con el ruido, premiando y jugando.
  2. Avanzamos a pequeñas rachas de aire muy breves y a baja intensidad. Tenemos que ir aumentando el tiempo de exposición y la intensidad del aparato. Durante este paso siempre intercalamos con momentos de juego y premio sin darle aire, sólo con ruido.
  3. Pasamos a exposición mantenida y secado normal, ofreciendo premios y juego, todo de continuo.
  4. Comenzamos a eliminar el premio y juego, hasta que sólo hay refuerzo al final del todo.
  5. No hemos mencionado el cepillo durante el secado. ¿Por qué? Pues porque siempre es más eficaz una socialización cuantos menos factores incluyamos y más claro sea el estímulo que queremos trabajar. Socializa en otro momento el cepillo, en una sesión apartada en el tiempo. Incluso si lo deseas, no empieces hasta haber terminado con la del secador y el baño. El proceso repite el patrón: de menos a más cepilladas, de menos a más en intensidad de la cepillada, de menos a más en tiempo, etc. Viene bastante bien comenzar con cepillos muy suaves, de cardas flexibles o terminadas en bolas, para ya luego cambiar por cepillos más duros y adecuados al pelaje del perro.
SIMPLEMENTE, NO LE GUSTA.
Muchas personas se quejan de que, tras la socialización, el perro se muestra apático o tenso durante el baño… y muchas veces no es que hayan hecho algo mal, simplemente, es que al perro no le gusta el baño. Lo hace obligado y se muestra desconforme, pero eso es algo natural y no es dañino. Mientras no tenga miedo y/o ansiedad, todo va bien. Sigue jugando y premiando, quizás logres cambiar su actitud, pero si incluso hay humanos que no toleran bien una buena ducha, cuanto más un perro. Lo más importante: el baño tiene que ser un momento agradable y divertido, o al menos eso debemos intentar.


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¡Gracias por leer y hasta la próxima Tribu Naevia!

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